RAFTING ASTURIAS
Los ríos de gran caudal, cuyo curso se caracteriza por fluir por fuertes desniveles que hacen que las aguas desciendan de forma rápida y vigorosa, por lo general de alta montaña, son los escogidos para la práctica del Rafting. Uno de los deportes de aventura más trepidantes que existen.
El Rafting consiste en el descenso en grupo a bordo de un bote neumático con la única ayuda de remos o de pagayas para gobernar la corriente. Su nombre proviene del término inglés “raft”, (balsa). Nombre con el que se denomina a la embarcación.
En España, un aparente parentesco podría establecerse con las armadías que sirvieron, hasta los años treinta para transportar por el agua, los troncos de los árboles que se cortaban en los valles pirenaicos.
Origen del rafting.
El origen de este deporte se remonta al año 1938. Cuando tuvo lugar el primer descenso en un bote neumático de envergadura. Y fue realizado en el río Colorado en Estados Unidos. En España, fue introducido por especialistas franceses en la década de los ochenta. A partir de entonces, ha ido creciendo en popularidad en nuestro país.
Técnica.
El Rafting, lleva aparejado un cúmulo de experiencias emocionantes. Siendo, con justicia, catalogado como una oferta turística de primera línea en territorios y comarcas de alta montaña.
Sin dudarlo, constituye una singular aventura la lucha por controlar el curso de un río. Desde una frágil balsa que se ve inmersa en los torbellinos de los rápidos de los ríos de montaña. El agua salta y se encrespa creando remolinos. Fustiga continuamente el bote, sometiendo a sus tripulantes a un constante acoso. Gran velocidad, cambios continuos de dirección y situación y pasos complicados ponen a prueba la habilidad y fortaleza de los navegantes. Por ello, éstos además de ser diestros en mantener la posición vertical, deben estar atentos para esquivar los obstáculos que vayan encontrando. Obstáculos como rocas visibles o parcialmente sumergidas, escalones e incluso saltos de agua.
La compenetración entre la tripulación se considera fundamental. El empuje de la corriente, acrecentado en los recodos y escalones, elevará con fuerza el bote. Y cualquier movimiento brusco puede conducir con facilidad a la caída, no sólo de un navegante sino de toda la tripulación. Los esfuerzos, pues, deben supeditarse a las directrices de los pilotos. Y estos deben transmitirlas de viva voz o mediante signos convencionales.
Técnicas de navegación.
Las técnicas de navegación en Rafting no conllevan demasiada dificultad. El raft es un bote neumático plano, alargado y elíptico. Sus medidas estándar son 4.80 x 2 metros. Permite albergar de cuatro a ocho navegantes, junto con el guía, conocido como “trainer”. Los navegantes manejan pagayas, remos de una sola pala. Y son más cortas que la de los guías o trainers. Que cuidan del control de la balsa con una de 3 metros, como una especia de timón.
La tripulación, agarrada por los pies a unas gomas (foot straps) sujetas a los travesaños de la embarcación, que la dotan de rigidez, se mantiene a ambos lados de ésta. Y contribuye a la navegación con sus remos.
Consejos para tripulantes.
Los tripulantes deben mantener las manos libres para la sujeción y manejo de los remos. La postura correcta del cuerpo sería la siguiente.
- Mano exterior hacia abajo a uno o dos palmos por encima de la pala.
- La otra mano sujetando el remo en su extremo superior.
La forma de remar. Para ganar efectividad y evitar fatiga, se aconseja introducir el remo de forma vertical, dar un impulso hacia atrás y sacarlo de lado.
Giro a la derecha. Cuando los patrones indican “derecha”, significa que deben remar los tripulantes del lado derecho. Así, para agilizar los tripulantes del lado izquierdo tienen que contrarremar, es decir, remar al revés. O bien remar de atrás hacia delante.
Al cruzar una zona de rápidos, para gobernar la embarcación y evitar que se doble rodeando un obstáculo, debemos mantener una velocidad superior a la del agua; por tanto, es muy importante remar rápido y fuerte a la vez.
La Salida.
El inicio del recorrido se fija siempre en zonas de aguas tranquilas. Remando hacia el centro del caudal y enfilando la proa hacia el descenso, siguiendo el curso del río. Además, es conveniente mantenerse en esta zona central, evitando las orillas. Donde se podrían recibir golpes inesperados de las ramas de los árboles.
A lo largo del descenso y en función del trazado del río, deberemos efectuar diversas maniobras, tales como:
- Cuando se quiere ir hacia la orilla. Poner el rumbo preciso aprovechando cualquier remanso.
- Remando con las palas de la derecha, si se quiere ir hacia la izquierda. Y contrarremando con las de las izquierda.
- Giro completo. Remando sólo de un lado, hasta conseguir un giro de 180º. O de 360º si queremos efectuar la circunferencia completa.
Equipo y material.
Los tripulantes deben llevar un traje isotérmico de neopreno, ajustado al cuerpo sobre el complemento interior, un slip o bañador. Según la época del año, el traje puede ser de manga corta o de un neopreno más fino, con el fin de acomodarse al calor. Pero en todo caso no hay que menospreciar la protección contra el frío. Conviene calzar zapatillas deportivas o botas gruesas flexibles sobre calcetines. No es descartable la necesidad de pisar las rocas o la orilla. Antes al contrario, no hay recorrido que no imponga esta conveniencia. El casco es obligatorio, debe ser ligero y se distingue por sus tonos llamativos. El trainer suele llevar uno de diferente color. El chaleco salvavidas es también imprescindible. Ya que sirve a la vez como flotador y como protección para el pecho. Y un consejo, las gafas, en caso de necesidad, deben sujetarse con cintas especiales.
Preparación y precaución.
Obligatorio saber nadar. Y también se exige la capacidad de desenvolverse con soltura en el agua. Ya que a veces los chapuzones pueden conducir a situaciones de alarma o desconcierto que dificulte el rescate. Ante estas situaciones, lo mejor es mantener la calma y no intentar ganar la orilla de cualquier manera. Si se está cerca del bote, la cuerda exterior es fundamental para subir de nuevo con facilidad. Si el regreso no fuera posible, hay que dejarse llevar por la corriente boca arriba, con los pies por delante para amortiguar los posibles golpes contra las rocas. Y tratar de ganar la orilla de espaldas, mientras se mantiene, si se hubiera conservado, el remo como flotador en sentido transversal.
Rafting con Montañas del Norte.
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